por Lucio Conti
Triunfo que parecía cómodo en la previa fue un poco más ajustado de lo esperado, de una diferencia de 17 puntos en las PASO de agosto a poco más de 7 puntos en las elecciones del día de ayer. Alberto Fernández –Cristina Fernández 48,10%, Mauricio Macri-Miguel Pichetto 40,37%. El vaticinio de la mayoría de analistas y consultores políticos fue acertado en parte porque se confirmó la improbabilidad de un ballotage presidencial, pero la mejora de 10 puntos porcentuales del gobierno no fue prevista por nadie. Otra vez –como en las PASO- los analistas y encuestadores están fuertemente cuestionados.
La estrategia de campaña del gobierno post PASO fue sumamente temeraria en mostrar que el Presidente no estaba solo y que en un período de crisis económica la gente puede salir masivamente a la calle en respaldo (y no en rechazo) de su propio gobierno. Hace unos meses hubiese parecido un sinsentido, pero no lo fue. El #sisepuede no sólo caló en las redes, sino que llenó de gente las calles de más de 30 ciudades que el presidente y Juntos por el Cambio (JxC) visitaron.
Por su parte, el peronismo unido en Todos mantuvo sus fortalezas territoriales incólumes a este cambio de tendencia, en especial en la provincia de Buenos Aires, la madre de todas las batallas electorales en donde se concentra alrededor del 40% por ciento del electorado nacional. Todos mantuvo su enorme caudal de votos en la Matanza, San Miguel y el tercer cordón bonaerense. En parte porque allí el peronismo tiene redes de conexión muy densas con la sociedad, y también porque esos sectores son los más perjudicados en términos de economía doméstica por la actual crisis económica. Provincias como Catamarca, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Tucumán también se mostraron muy sólidas en su voto al peronismo.
El gobierno mejoró sustancialmente su performance electoral en casi 10 puntos, pero no le alcanzó. La derrota digna y la mejorada performance electoral pueden ser motivo de bálsamo –para quienes dejan el gobierno- y estudio, para quienes nos interesan estudiar los escenarios electorales. Por otro lado, Todos tuvo una estrategia simple y contundente: Alberto viene a solucionar los problemas que tiene la Argentina. Y resulta que Alberto y la estrategia fueron muy creíbles en gran parte del electorado.
Alrededor de las 21 hs del día de los comicios fueron publicadas las tendencias en las elecciones. Resulta que el novedoso sistema para contabilizar los votos –cuestionado en parte- funcionó a la perfección y publicó resultados en tiempo record. En el bunker del actual oficialismo, a pesar de la derrota no hubo la desazón post PASO ante la mejorada cara electoral de JxC. Se retuvo la Ciudad de Buenos Aires y se ganó en Mendoza, Santa Fe y Córdoba–los distritos más importantes luego de Provincia de Buenos Aires, también se obtuvo un impredecible triunfo en San Luís. En el mitin de Todos en el barrio porteño de Chacarita, Alberto, Cristina y Axel Kiciloff (el nuevo gobernador de provincia de Buenos Aires) recibieron el triunfo junto a su militancia, “los que no iban a volver, volvieron”, cuasi épico.
Los discursos en ambas fuerzas políticas fueron distintos. Mientras la saliente gobernadora bonaerense Vidal, Rodríguez Larreta (reelecto jefe de gobierno porteño) y el propio presidente Mauricio Macri apostaron a la mesura y a un mensaje cohesionado; los candidatos electos de Todos recurrieron a estrategias muy diferentes: Axel Kicillof con los tapones de punta en contra de JxC, Alberto Fernández muy mesurado y Cristina quizás mediando entre ellos. Lo cual quizás marque que, aun siendo todos peronistas, la coalición tenga divergencias internas respecto a sus electorados y las estrategias comunicativas elegidas para llegar a ellos. También puede ser un fenómeno de cultura política, en donde no hay un peronismo sino varios peronismos.
Hoy día, luego de las elecciones Mauricio el presidente saliente y su sucesor Alberto están por reunirse a un desayuno, aunque por el horario es más un “brunch”. Es que las decisiones importantes de aquí hasta el recambio del 10 de diciembre serán tomadas en consenso, a priori. Contener el dólar, reperfilar la deuda, aprobar el presupuesto 2020 aparecen como los temas prioritarios. Post 10 de diciembre, pues veremos.